Misiones 2016

Una vez más nuestros alumnos de Enseñanza Medio dejaron su marca y se fueron EN MARCHA!.

EN MARCHA, CONFÍO Y ME LA JUEGO

dsc_0024La nueva consigna que llevamos en el corazón es una respuesta potente a lo que nuestros propios alumnos están viendo en Chile y en el mundo. Hoy, en tiempos en que las confianzas están quebradas y la valentía no parece tema, el Campanario quiso ponerse en marcha nuevamente.

Los jóvenes aún creen en los milagros y aún creen en que es posible hacer un cambio profundo en nuestra sociedad. Era fin de año y el cansancio amenazaba nuevamente, luego de un arduo 2016 las fuerzas parecían flaquear pero nada es más poderoso que el corazón de un voluntario, un misionero que confía en el ideal al que sirve y que está dispuesto a ponerse marcha y jugársela por aquello que cree. Sin este espíritu habría sido imposible lograr el objetivo que teníamos. Se abría la posibilidad de ir a una nueva villa y estar en tres sectores de Alto Jahuel. Para muchos de nuestros misioneros la situación era completamente nueva. Primero medio se lanzó a lo desconocido, segundo medio lideró de forma excelente, tercero medio acompañó como verdaderos hermanos mayores y nuestros ex alumnos demostraron una vez que más que las misiones son parte de la vida de nuestro Colegio. Nadie puede permanecer indiferente frente a tanta entrega.

cruz-misionesNuestros jefes se propusieron dar todo por nuestros amigos de Alto Jahuel y así lo hicieron y propagaron ese espíritu a todos los que asistimos a las Misiones 2016. El calor era tremendo y las caminatas se hacían pesadas pero le regalamos a los niños unos talleres inolvidables. Ni siquiera los bomberos fueron indiferentes y nos acompañaron a refrescar las actividades que realizamos en las poblaciones. Los adornos que hicimos durante esos días están ya adornando las casas de Alto Jahuel y son el signo de una consigna propia de Jesús: “estamos juntos esperando Su venida”. El casa a casa marcó a muchos y las lecciones de vida abundaban. Rostros reflexivos y contemplativos iban multiplicándose y los prejuicios cayendo. Y es que el compartir es el milagro al que nos conduce la confianza y el jugársela.

 

Confiar es dejarse tocar por el que está al lado, es abrirse al aprender de ellos, es sonreír o llorar juntos, es decirnos mutuamente “sigamos adelante”. Esa fue la experiencia que tuvimos durante tres días en Alto Jahuel. Una vez más la liturgia se lució y logró regalarnos un tremendo espíritu que se notaba en cada actividad. La capilla de nuestro colegio lucía los colores y los símbolos que nos acompañaron y demostraba nuevamente que en nuestro Campanario hay mucha vida. Y vida que brota de ese Jesús que quiere nacer en el corazón de cada uno de nosotros. El fue el primero en confiar plenamente en sus hijos y en jugársela al máximo por todos nosotros. Con esa cruz misionera en el pecho intentamos parecernos a Él y ser también signo de esperanza y alegría.

Con la mayor humildad podemos mirar satisfechos de lo conseguido pues año a año son más los adultos y niños que en estas fechas escuchan acerca de Jesús. Esa es la mayor recompensa del misionero católico, que se hable de Aquel que lo envía.

EN MARCHA, CONFÍO Y ME LA JUEGO